Sus padres decían que estaba desaparecida pero llevaba 27 años secuestrada en su propia casa -

Mirella fue hallada en Swietochlowice, Polonia. Nunca había ido a un médico, ni obtenido un documento de identidad, ni se había asomado al balcón

Mirella, de 42 años, fue encontrada con vida en Świętochłowice, Polonia, ubicada al sur del país y a unos 290 kilómetros de Varsovia, tras haber estado desaparecida durante casi tres décadas.

Los agentes de la policía localizaron a Mirella el 29 de julio de 2025, tras recibir una llamada debido a disturbios en el hogar. Sin embargo, el asunto se volvió público ahora, meses después, gracias a una iniciativa solidaria de los vecinos.

El hallazgo se realizó cuando los efectivos acudieron al domicilio familiar. Al llegar, la madre de Mirella, de 81 años, negó que hubiera un altercado, pero los oficiales notaron la presencia de alguien más. Reconocieron rápidamente el deterioro físico de Mirella, que presentaba lesiones visibles en las piernas, lo que llevó a la intervención de los servicios médicos de emergencia.

Mirella fue llevada de inmediato al hospital. Los médicos determinaron que su vida estaba en peligro inminente debido a una infección avanzada. Los organizadores de la colecta solidaria, según reporta Daily Mail, afirmaron que ella estaba "a solo días de la muerte".

Durante los dos meses que permaneció en el hospital, recibió tratamiento intensivo. Los vecinos, conmocionados por la situación, iniciaron una campaña de recaudación de fondos para cubrir los gastos médicos y de rehabilitación. Uno de los organizadores mencionó en redes sociales que Mirella nunca había visto a un médico, ni tenía un documento de identidad, ni había salido a caminar o asomarse al balcón.

Su estado de salud era tan precario que necesitaba atención dental y capilar urgente, dado que su cabello y dientes estaban en un estado crítico.

La historia de Mirella comenzó en 1998, cuando, a sus 15 años, desapareció de la vida pública. Según PEOPLE, fue retirada de la escuela secundaria en septiembre de 1997 a solicitud de sus padres, sin señales previas de advertencia en su entorno educativo. Desde entonces, sus padres afirmaron ante los vecinos que su hija había desaparecido, una narrativa que nadie cuestionó durante años. Los residentes del edificio creían que solo vivía una pareja mayor en el apartamento, y la falta de Mirella pasó desapercibida en la comunidad.

A pesar de las condiciones severas de su estado físico y del extremo aislamiento al que estaba sometida, Mirella afirmó: "No he salido de casa en mucho tiempo, no lo recuerdo".

Las autoridades reaccionaron con prontitud. La fiscal Sabina Kuśmierska explicó que se están recopilando pruebas y se verificarán todas las declaraciones. “Existen muchas líneas de investigación y aún no hemos interrogado a los padres ni a los vecinos. La investigación se enfoca en posibles abusos psicológicos y físicos".

Por su parte, la fiscal Agnieszka Kwatera confirmó el inicio de un proceso penal formal.

El caso de Mirella ha impulsado una ola de solidaridad en Świętochłowice y ha reavivado el debate acerca de la capacidad de las instituciones y la sociedad para detectar y prevenir situaciones de abuso prolongado. La colecta organizada por los vecinos permitió que la historia se hiciera visible y que Mirella recibiera la atención médica que necesitaba.

Los testimonios recolectados subrayan el impacto de su reclusión en su vida: "Ella dice que nunca ha visto el desarrollo de su ciudad, que está atrasada, que se ha perdido tantas cosas, nunca ha ido al médico, nunca ha tenido un documento de identidad, nunca ha salido a dar un simple paseo ni siquiera ha mirado por la ventana".

Pese a la atención mediática y a la investigación en curso, quedan muchas preguntas sobre lo ocurrido durante esos 27 años de encierro. Mientras la sociedad polaca demanda respuestas, el caso sigue abierto, y la verdad sobre la desaparición de una joven de 15 años continúa esperando ser revelada.